El Problema
Cuando un atleta toma productos ricos en azúcares siente un incremento casi instantáneo de energía debido al rápido crecimiento del nivel de azúcar en sangre. Desafortunadamente estos niveles caen muy bruscamente al poco tiempo de ingerir el producto, ya que el azúcar se quema muy rápidamente, teniendo como resultado oscilaciones bruscas en el nivel de glucosa en sangre (ver grafico).
La única forma de evitar estas caídas es tomar cantidades cada vez mayores de azúcares, lo cual provoca un ciclo de oscilaciones bruscas en el nivel de glucosa en sangre que pueden traer consigo síntomas tales como fatiga, mareos, cefaleas, hambre. etc…
Además de estos efectos no deseados, el consumo excesivo de azúcar provoca una subida de los niveles de insulina, lo cual bloquea la oxidación de grasas, y por si todo esto no fuese suficiente, debido al alto nivel de estrés osmótico que el consumo excesivo de azúcares somete al estomago, la sensación de malestar gástrico es un síntoma muy común entre atletas que usan este tipo de productos.